INVOLUCRAMIENTO

Unas
de las primeras cosas que Jesucristo hizo fue relacionarse personalmente con
aquellos a quienes quería instruir. Buscó desde el principio acercarse a las
personas y entablar una relación personal la cual continuó hasta el momento
mismo de su muerte.
Nuestros
hijos necesitan percibir ese contacto personal e interés, del cual pueden
aprender cosas que las palabras no pueden enseñar y que les hacen sentir que un
día lleguen a ser como su papá-maestro.
Jesucristo se acercó a sus alumnos, les transfirió su vida. Esta es una de las labores más importantes y que requieren más compromiso en la formación de nuestros hijos.
¿Cuánto contacto estamos buscando con nuestros hijos? En esta época donde estamos tan ocupados haciendo muchas otras cosas "buenas", es imperativo buscar momentos de cantidad y calidad para tener ese contacto con las personas a quienes más amamos y a quienes estamos formando: NUESTROS PROPIOS HIJOS.